lunes, 15 de abril de 2024

Libertad, responsabilidad, perspectiva

     El término "libertad" tiene su origen en el mundo romano: cuando un joven alcanzaba la edad de 14 años, se le investía con la llamada “toga virilis” o “toga libera”, que le identificaba como “hombre libre”, lo que quería decir dos cosas, a saber: que no era un esclavo, y que ya era mayor de edad y, por tanto, que era "responsable de sus propios actos" (también del latín “spondeo”, que significa “responder”, ser capaz de valerme por mí mismo y de “dar razones” de mis acciones). La idea de “libertad” queda unida, desde su origen, a la idea de “responsabilidad”. Cuando hablamos de ser libres, no nos referimos al hecho simple de poder hacer “lo que nos de la gana”: debemos de ser conscientes de que cada una de nuestras elecciones tendrá unas “consecuencias” (tanto para nosotros como para los demás), por lo que conviene elegir, no “lo que nos apetece”, sino más bien “lo que nos conviene”, esto es, lo que consideramos mejor para nosotros, lo que resulta más beneficioso o cuyas consecuencias nos sean más favorables.

     Vamos a abordar el estudio del concepto de libertad tomando como ejemplo una película que nos introduce perfectamente en esta temática. Se trata de “El club de los poetas muertos” (Touchstone, EEUU, 1989) interesante reflexión sobre la libertad de pensamiento dirigida por el australiano Peter Weir. El profesor John Keating (Robin Williams) alecciona a sus alumnos sobre el valor de la poesía, del arte, de la belleza... y lo hace de la mejor manera que sabe: enseñándoles a “pensar por sí mismos”, porque cada uno puede proponer su propia “perspectiva” sobre el mundo, sobre la vida, puede aportar una nueva visión, un enfoque propio. Basta para ello con un ejercicio de libertad: “caminar”. Y si bien al principio los alumnos se coordinan para andar todos a la vez, Keating insiste en que cada uno debe “seguir su camino”, encontrar “su propio ritmo”. Porque la libertad debe ser “indeterminada”, basarse en una acción “no causada”, porque no debemos dejarnos llevar por los movimientos de otros, o por los aplausos que condicionan nuestra marcha, sino que debemos caminar al ritmo que nosotros marcamos, o bien “no caminar”, que es otra manera más de mostrar un "punto de vista" diferente, al margen de toda determinación (podéis consultar este interesante enlace, en el que Keating nos habla de la libertad aplicada a la "creación artística", y lo pone en práctica con uno de sus alumnos).

     En el segundo de los vídeos seleccionados abordamos precisamente el tema de la “perspectiva”, un interesante concepto que debemos comentar. Cuando utilizo este término me refiero generalmente a “punto de vista”, entendiendo que cada ser humano tiene su propia visión sobre las cosas, porque las ve “desde sí mismo” (nadie puede ver o pensar lo que yo veo o pienso), y por tanto es el punto de vista lo que nos hace "diferentes y únicos", lo que nos configura como “individuos”. En el vídeo que nos ocupa, tras una clase sobre la importancia de la poesía (que podéis consultar en este enlace), Keating señala a sus alumnos que lo que hace grandes a los mejores autores de la literatura es precisamente su particular punto de vista, la capacidad que tienen para “ver lo que los demás no vemos” (y también la capacidad para expresar en palabras esa "visión", esa "idea"), y sugiere a cada uno de ellos que mire el mundo desde “otra perspectiva”, para así tratar de buscarle “otro significado”, para poder ver el mundo “de otro modo”.

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