viernes, 29 de septiembre de 2023

El engaño, el progreso y el regreso


     Acabamos de comentar en el aula el conocido “mito de la caverna” del filósofo griego Platón de Atenas (427 a 347 a.n.e.), del que podéis consultar el texto original al principio del VII libro de “La República”, además de repasar su "simbología" en la interpretación que se nos ofrece en la página web Torre de Babel y en el portal Youtube, y del que el cine nos ofrece innumerables ejemplos formales, pues siempre ha sido fuente de inspiración para escritores y directores, tal es su fuerza de atracción y el enorme magnetismo de este "mito fundacional de la filosofía". El relato nos sumerge en una “morada subterránea”, en el interior de la cual se encuentran confinados unos "hombres esclavos", que en realidad nos representan a nosotros mismos, forzados permanentemente por un "engaño" que les hace creer que lo que tienen delante es el “mundo real”, cuando lo cierto es que no es más que una "apariencia", una falsa realidad puesta ante nuestros ojos que nos "oculta la verdad". Es necesario darse cuenta del engaño: llega el proceso de la “aletheia” (αλήθεια), nos conducirá al “desvelamiento de lo real”.

     En “The Truman Show” (Paramount, EEUU, 1998) de Peter Weir, su protagonista, Truman Burbank (Jim Carrey), es un hombre corriente y algo inocente que vive en una idílica población donde todo es perfecto. Lleva toda la vida allí, y nunca ha salido más allá de los límites del pueblo. En esta vida idílica no hay problemas pero, poco a poco, "extraños sucesos" hacen sospechar a Truman que algo extraño ocurre, que las cosas no encajan como debería, que "algo funciona mal". En realidad, Truman es propiedad de una empresa de televisión y se encuentra prisionero en un gigantesco "plató de cine" que emite 24 horas al día la vida "en directo" de nuestro protagonista. Cuando éste despierta del engaño (y os ofrezco un momento sublime de la película, cuando el barco en el que huye “tropieza con el horizonte"), cuando descubre que todo lo que tiene ante sus ojos es una farsa, un mundo irreal y meramente "aparente", cuando descubre su propia condición de prisionero en un mundo que no existe, su reacción natural es de estupefacción y desengaño, pero esto no le arredra y decide largarse, literalmente, "de la caverna". Este es el primer paso: "descubrir el engaño".

     En el clásico de ciencia ficción “THX-1138” (Warner Bros, EEUU, 1969), la primera y singular película de George Lucas, se nos presenta una “distopía” (una “utopia negativa”): una sociedad futurista localizada bajo tierra donde "el amor es perseguido por ley" y se ha "prohibido el sexo", y donde los poderosos utilizan "métodos de tortura y drogas" para controlar a las personas. En medio de este desastroso destino, los trabajadores prisioneros THX 1138 (Robert Duvall), LUH 3417 y SEN 5241 intentan escapar, pero sólo el protagonista consigue llegar al final de la meta, librarse de los secuaces que le persiguen y "ascender las escaleras" que le llevan a la superficie. Ignorando lo que se encontrará al salir de la caverna, el bueno de Lucas nos ofrece un final impagable: THX consigue alzarse por encima de la "caverna" y se encuentra con un enorme "Sol" que le ciega la vista. Recordemos que en el mito platónico el Sol representa la idea de “Verdad” (o si se prefiere, la idea de “Bien” o de “Belleza”, que todo es lo mismo en Platón). Este es el segundo momento: el "ascenso en el conocimiento" hasta alcanzar la "idea suprema", superando el engaño previo y progresando hasta la “aletheia” o "verdad".

     Finalmente, en la muy reciente “La Isla” (Warner Bros, EEUU, 2005) de Michael Bay, se nos plantea una situación pareja a la pelicula anterior. Lincoln Eco-Seis (Ewan MacGregor) y Jordan Delta-Dos (Scarlett Johansson) se encuentran entre los cientos de residentes de un "complejo cerrado" a mediados del siglo XXI en el que las vidas cotidianas de todos sus habitantes está "controlado", aparentemente por su propio bien. La única salida (y la esperanza que todos comparten) es ser elegido para ir a "La isla": el último rincón sin contaminar del mundo tras un desastre ecológico que, según se dice, se cobró las vidas de todos los habitantes del planeta excepto las de ellos. Pero Lincoln sufre pesadillas inexplicables, está inquieto y se cuestiona cada vez más las "restricciones" que le han impuesto a su vida. Su creciente curiosidad le lleva a un terrible descubrimiento: en realidad es un "clon" (como todos los demás es esta “granja de cuerpos”) de una persona famosa, que ha pagado una gran cantidad de dinero para disponer de “órganos útiles”, caso de necesitarlos para un futuro trasplante. Pero al escapar de esta prisión y encontrarse con su “original”, entiende que no puede hacer otra cosa que regresar a la ciudad subterránea para "contar al resto el engaño", para liberarlos de sus cadenas y ayudarlos a "ascender", nuevamente, hacia la "verdad". Es el tercer momento, y el trabajo que se encomienda a los filósofos: el "retorno a la caverna" para enseñar a los demás que otro camino es posible para acceder a la verdad, y que es necesario renunciar a la "apariencia" para buscar la “verdadera realidad”, que son las “ideas”.

jueves, 28 de septiembre de 2023

Comenzamos por el principio

 

     Damos inicio a este curso con una nueva materia del departamento de filosofía titulada muy rimbombantemente “Educación en valores cívicos y éticos”, que la mayoría de vosotros denomináis “Valores” pero yo prefiero llamar simplemente “Ética”. Como veremos en próximos artículos, la ética es una parte de la filosofía que se ocupa de la “conducta moral”, de determinar lo que está “bien” y lo que está “mal” en las acciones y actividades prácticas de los seres humanos, que tiene que ver con la “libertad” de elegir, la “responsabilidad” de asumir las consecuencias de nuestros actos, y la “necesidad” de reflexionar sobre nuestras decisiones vitales (no solo una vez las hemos tomado, sino, precisamente, antes de tomarlas).

     La filosofía, por su parte, es una disciplina de conocimiento peculiar, un “saber” que se entiende como opuesto a otros “saberes”: la ciencia, la técnica, el arte, la religión, la magia, el mito… todos ellos suponen una "explicación de la realidad" que nos rodea, más o menos razonable (puesto que hay saberes que podemos considerar abiertamente como “verdaderos” y otros que podemos calificar rotundamente como “falsos”). La religión, la magia y el mito serían saberes falsos, pues nos ocultan la verdadera realidad, "nos engañan" con cuentos más o menos poéticos que nos alejan de la comprensión de las cosas. La ciencia, la técnica y el arte serían saberes verdaderos, que buscan dar una explicación "coherente y sensata" sobre la realidad, pero que se limitan a analizar tan solo una parte de esa realidad, sin comprenderla en su totalidad.

     La filosofía es el único saber que pretende dar una respuesta “total” (universal) a todos los problemas, que trata de comprender la realidad en su conjunto. Mientras la matemática se ocupa del “número y la proporción”, la astronomía de las “estrellas y planetas”, la física del “movimiento”, la biología de la “vida”, la lingüística de los “signos”, la psicología de la “mente y conducta”, y la historia de los “acontecimientos del pasado”, la filosofía se ocuparía de todas esas cosas a la vez: saber filosofía implica saber de todo lo anterior, pues el objetivo es poder “criticarlo todo”. Y criticar no significa aquí “juzgar de forma negativa” sino más bien “examinar con detenimiento”. La filosofía no acepta nada, no da nada por sentado, antes de haberlo reflexionado con serenidad, antes de haberlo recorrido en su totalidad. Por eso la filosofía se plantea como un “saber frente a otros saberes” ya existentes.

     Una buena manera de iniciarnos en la filosofía es ver el vídeo que abre este artículo, extraído de la serie de televisión de los años 80 “Cosmos: Un viaje personal” (BBC 1980) de Carl Sagan, en el que el conocido astrónomo y divulgador científico nos acerca a la realidad griega del siglo VII a.n.e. y a las “nuevas formas de vida” que operan un significativo “cambio de perspectiva” en la mente de los hombres griegos de la época y en su comprensión de la realidad: el nacimiento de la filosofía. También es interesante esta primera reflexión sobre la filosofía que nos ofrece el canal de YouTube SmartSchool titulada “¿Qué es la filosofía?”.

Comenzamos el viaje: ajustaos el cinturón y tomad aliento… vamos a volar.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Principales escuelas de psicología

     Comenzamos nuestra andadura por el mundo de la psicología con un acercamiento a las principales “escuelas psicológicas”, que analizaremos de una forma muy general, pues tendremos ocasión de profundizarlas a medida que avance el curso. Esta primera aproximación nos permitirá ver como la psicología se ha ido construyendo como ciencia desde hace relativamente muy poco, pues los estudios científicos sobre la “psique” son muy recientes: a finales del siglo XIX, las condiciones para el conocimiento de la “mente” se hicieron efectivas, y los recientes avances desarrollados por las “neurociencias” han allanado el camino.

     Todo comenzó con un tipo llamado Wilhelm Maximillian Wundt (1832 a 1920), fisiólogo y médico alemán que organizo el primer “Laboratorio de psicología experimental” en la ciudad de Leipzig en 1879, que hace uso de un método introspectivo denominado “estructuralismo” o “asociacionismo”. A esta primera iniciativa en el estudio de los “procesos mentales” siguieron las aportaciones llegadas desde el otro lado del Atlántico de William James (1842 a 1910) y su perspectiva “funcionalista”, y la respuesta de los europeos gracias a la famosa “escuela de la Gestal”, desarrollada en Alemania por teóricos como Max Wertheimer (1880 a 1942), Wolfgang Köhler (1887 a 1977), Kurt Koffka (1886 a 1941) y Kurt Lewin (1890 a 1947), que realizarán un preciso análisis de las estructuras mentales en su intento de percibir el mundo físico.

     Deberemos dejar madurar estas titubeantes propuestas iniciales para alcanzar la eclosión de la disciplina en los albores del siglo XX, gracias a la aparición de las grandes teorías científicas en psicología. En primer lugar, el “psicoanálisis”, iniciado por Sigmund Freud (1856 a 1937) y continuado por sus discípulos Alfred W. Adler (1870 a 1937) y Carl Gustav Jung (1875 a 1961), que a su propuesta teórica unen un “método terapéutico” que ha resultado muy productivo en la resolución de los problemas mentales. Tras el periodo de entreguerras, irrumpe con fuerza la corriente del “conductismo” de la mano de John Broadus Watson (1878 a 1958), heredero de las teorías sobre el comportamiento aprendido de los animales de Ivan Pavlov (1849 a 1936), que tendrá su epítome con el desarrollo del “condicionamiento instrumental” de Edward Lee Thorndike (1874 a 1949) y sobre todo del “condicionamiento operante” de Burrhus Frederic Skinner (1094 a 1990) que introduce en la disciplina una interesantísima perspectiva social.

     A partir de los años 60 irrumpe con fuerza la “psicología humanista”, resultado del lanzamiento en Estados Unidos del “Manifiesto Bugental”, inspirado en presupuestos filosóficos que deambulan de Sócrates a Sartre (pasando por Kierkegaard, Nietzsche o Heidegger), y que se concretan en las propuestas de autores como Karl Ransom Rogers (1902 a 1987) y Abraham Maslow (1908 a 1970) y su idea de “autorrealización”. Más recientemente, la “psicología cognitiva” ha tomado el mando de las operaciones gracias a las aportaciones de Jean Piaget (1896 a 1980), Jerry Alan Fodor (1935 a 2017) o Avram Noam Chomsky (1928-), que proponen una interesante “metáfora” que identifica la mente humana con la “inteligencia computacional”.

     La teoría de la Gestalt nos será muy útil para abordar los temas de la “percepción”, la “atención” y la “memoria”. Trataremos el psicoanálisis principalmente al hablar de la “conciencia”, la “personalidad” y los “trastornos mentales”. El conductismo nos permitirá adentramos en el estudio del “aprendizaje” y la “socialización”. La psicología humanista nos ayudará a comprender en qué consiste la “comunicación”, la “afectividad” y la “psicología cultural”. Y finalmente, la psicología cognitiva nos será imprescindible para trabajar las temáticas relativas a la “inteligencia”, el “pensamiento” y la “psicología social y de las organizaciones”.