domingo, 24 de octubre de 2021

¡ Aristóteles caníbal !

 

     Vamos a desarrollar la “teoría del conocimiento” de Aristóteles (384 a 322 a.n.e.) a partir de la interesante y ya clásica película “El silencio de los corderos” (MGM 1991) de Jonathan Demme, basada en un conocido relato del escritor americano Thomas Harris. Aunque la película se centra en la búsqueda de un asesino en serie conocido irónicamente como Buffalo Bill (Ted Levine) por parte de la agente del FBI Clarice Starling (Jodie Foster), el verdadero protagonista del film no es otro que el archiconocido Dr. Hannibal Lecter (Anthony Hopkins), un renombrado psiquiatra de Baltimore, experto en conductas psicopáticas y todo un “portento intelectual”, que es capaz de resolver el crimen sin moverse siquiera de su celda (porque a los “caníbales” se les suele poner entre rejas para que no desarrollen sus apetencias).

     ¿Cómo lo consigue? Nada más fácil, pues bastará con dejarnos guiar por las indicaciones que nos ofrece Aristóteles respecto al modo de “ascender en el conocimiento”. Comenzamos por el “conocimiento sensible”, aquel que se adquiere mediante las “sensaciones” que nos proporcionan los sentidos y que nuestra mente ordena en la “memoria”. Fíjate en como actúa el doctor Lecter en la primera escena que hemos seleccionado: en su primer encuentro con la agente Starling, lo primero que hace es “olerla”, y luego “mirarla” con detenimiento, para más adelante asimilar estos olores y esas imágenes a sus “recuerdos” y poder dar una primera respuesta. Este será el punto de arranque de todo conocimiento, los datos que nos proporciona la “experiencia”, para poder desarrollar más adelante un análisis del "carácter" de la detective basado en “hipótesis plausibles”.

     Avanzamos ahora hacia el "conocimiento intelectual": en primer lugar la “técnica” o "téchne" (τέχνη), ese conocimiento no necesario, aunque superior a la experiencia, que nos facilita la comprensión "poética" de la realidad (Lecter domina la “técnica psicoanalítica”, y gracias a ella comienza a imaginar, a "ver paisajes"). Los datos de la sensibilidad pasan al "entendimiento agente" y permiten desarrollar “hipótesis”. Seguimos nuestro camino por la “prudencia” o "phrónesis" (Φρόνησις), el conocimiento de la vida que facilita nuestras acciones, nuestro conocimiento "práctico" de la realidad (Lecter se gana la confianza de la agente Starling con sus “buenos modales” y un tono sosegado y afable). De acuerdo, comerse a otros seres humanos no es muy "prudente" que digamos, y el modo en que trata a Clarice al final de la escena es muy poco "educado", pero… ¿ha acertado?

     Ahora viene lo bueno: en el vídeo que cierra este artículo podemos comprobar el paso decisivo: la “ciencia” o "episteme" (ἐπιστήμη) es ya un conocimiento de lo universal y de lo necesario, un conocimiento demostrativo a partir de “principios” ("primeros principios, Clarise") que nos permite avanzar hasta la “inteligencia” o "noûs" (νοûς), la “intuición intelectual” que sigue a esos principios ("codicia: ¿y qué codiciamos...?") y que culmina en la “sabiduría” o "sophía" (Σoφíα). Estamos en otro nivel de conocimiento, el del "entendimiento paciente", que nos permite generar “conceptos universales”, lo que para Aristoteles supone la verdadera ciencia. Y un último detalle soberbio: el sabio se muestra prudente, y acaricia la mano de Clarice con evidente deseo contenido (y digo prudente porque, si habéis visto la película, la carnicería que desata el tipo a continuación es para poner los pelos de punta).

jueves, 21 de octubre de 2021

Un repaso a la filosofía platónica


     Un último artículo de repaso a la filosofía de Platón (427 a 347 a.n.e.) con una nueva visita al excelente canal de YouTube Unboxing philosophy, del filósofo Daniel Rosende, en el que os encontraréis una serie de vídeos que resumen de forma muy acertada el pensamiento de nuestro autor: en primer lugar, un acercamiento a la “teoría de las Ideas” a través de la “alegoría de la caverna”; en segundo lugar, un recordatorio de la relación entre la “ontología” y la “epistemología” platónica mediante el “símil de la línea” (accesible en el enlace que tenéis bajo estas líneas); y finalmente, un resumen de sus planteamiento “éticos” y “políticos” examinados desde la idea de “alma” (ψυχή) que, como veremos a lo largo del curso, es un referente fundamental de la filosofía que está por venir en los siglos posteriores.




     Y de nuevo una recomendación previa a la preparación de nuestro próximo examen: además de estudiar las aportaciones teóricas de los distintos autores, podéis hacer uso de los apuntes de vuestro profesor (que están colgados en Teams y también están disponibles en esta bitácora) en los que se incluyen varios textos de Platón con los que podéis ejercitar el comentario de textos. En el enlace previo podemos acceder al texto completo de la “alegoría de la línea”, y para consultar más textos sobre nuestro filósofo os invito de nuevo a visitar la excelente página Webdianoia, en la que encontraréis abundantes materiales extraídos de los “Diálogos platónicos”; finalmente, para revisar el vocabulario específico del autor, nada mejor que darse un paseo por el Diccionario de Centeno.

miércoles, 20 de octubre de 2021

La justicia en la polis según Platón

 

     Concluimos nuestro repaso a la filosofía de Platón (427 a 347 a.n.e.) con el análisis del concepto de “justicia” en el marco de la “polis ideal”. Pero para comprender la importancia y calado que este concepto adquiere en nuestro autor debemos tener en cuenta la totalidad del proceso, desde las luchas libradas en torno al ideal de “isonomía” (ἰσονομία), la “igualdad ante la ley” promovida por los legisladores Solón, Clístenes y Pericles en los siglos precedentes, hasta el descubrimiento de la “subjetividad” socrática. Platón sostiene que la “justicia” (δικαιοσύνη) es una cualidad de la vida moral del hombre, que surge cuando se armonizan sus tendencias divergentes, reduciendo la diversidad a homogeneidad. Si fuera algo “exterior al hombre”, quedaría reducida a mera convención o pacto (tal es la conclusión a la que habían llegado los sofistas). Pero al ser un “ideal interior al espíritu”, goza de la misma necesidad que las entidades matemáticas y cabe proyectarla sobre la vida social de los hombres.

     “La justicia social se produce cuando se armonizan los intereses de los diversos individuos que constituyen el Estado, circunstancia que acontece cuando dentro de cada uno de ellos se alcanza el equilibrio”. De ahí que el “Estado perfecto” platónico deba asumir la carga de la educación moral de sus ciudadanos: la “paideia” (παιδεία) o “educación verdadera” (una rigurosa formación iniciada en la infancia que tiene como objetivo final la selección de la casta de los “reyes-filósofos”). Este ideal no se puede llevar a cabo a espaldas de la “división social del trabajo”, pues los hombres en sociedad asumen forzosamente diferentes tareas complementarias: músicos, artesanos, marineros, sacerdotes, comerciantes, labradores...

     Con este criterio divide Platón la “sociedad ideal”, de acuerdo con la “alegoría del carro alado”, distinguiendo “tres clases sociales” diferentes, a las que se asignarán funciones distintas, y que apuntan a una verdadera “teoría de la virtud”, (que se vehicula mediante una nueva “paideia”). Las clases sociales que estructuran el Estado se constituyen según la naturaleza o “physis” de cada individuo y no por nacimiento o privilegio. De este modo, los menos capacitados, en los que predomina el “deseo” o “apetito” (ἐπιθυμητικόν) sobre la razón, se dedicarán a las tareas productivas, comerciales y artesanales, procurando el sustento material de la comunidad; esta clase baja de “productores” será educada en la virtud de la “templanza” o “moderación” (σοφροσυνη) para moderar sus deseos.
      

     La clase de los “guardianes”, compuesta por los soldados y militares más capacitados, en los que domina el “ánimo” o “espíritu” (θυμοειδές), será destinada a cuidar del bien común, defendiendo la ciudad de los enemigos exteriores y ordenándola interiormente para su perfección; todos ellos serán educados en la virtud de la “fortaleza” o “valentía” (ανδρεία). De entre estos últimos, solo los más capacitados, es decir, “los aristós” (ἄριστος), “los mejores en virtud y sabiduría”, aquellos que poseen la capacidad de la “razón” (λογιστικόν) en su sentido más pleno, configurarán la clase de los “gobernantes”, y serán desposeídos de una actividad profesional y de cualquier vínculo con la tierra o la familia y educados exclusivamente en el estudio de la “dialéctica”(διαλεκτική) y en el ejercicio de la “prudencia” (φρόνεσις).

     Se completa así el ideal platónico de asimilar las “tres partes del alma” con la “virtud”, el “alma individual” con el “cuerpo social”. Y de la misma manera que decimos que el hombre es justo cuando está “ajustado” (cuando cada parte de su alma  cumple con “la función que le es propia”, pues atiende a la virtud que le es natural), decimos que el orden social es justo cuando cada individuo y cada grupo social son capaces de “armonizarse” para cumplir con “la función que a cada uno le es propia” por naturaleza, a través de la “virtud” (αρετή) para la que han sido educados desde la niñez conforme a un meticuloso y rígido “método pedagógico”.

     Vamos a ejemplificar estas diferencias entre “clases sociales” de la mano del camaleónico actor británico Daniel Day-Lewis, y de tres de sus interpretaciones más memorables. En la película “Pozos de ambición” (Miramax 2007) de Paul Thomas Anderson, Lewis da vida a Daniel Plainview, un minero extremadamente pobre, trabajador infatigablemente que pasa por muchas penurias, las cuales acepta con “templanza” (aunque finalmente, convertido en un magnate del petróleo, abandona toda moderación y se deja llevar por la ambición hasta arruinar su vida). En la película “Gangs of New York” (Miramax 2002) de Martin Scorsese, Lewis se mete en la piel de Bill "The Butcher" Cutting, el excéntrico carnicero de Five Points que lidera con “valentía” a un grupo de nativos americanos ante la amenaza de las hordas invasoras (pues así considera a los inmigrantes irlandeses recién llegados a la ciudad). Finalmente, en la película “Lincoln” (20th Century Fox 2012) de Steven Spielberg, Lewis se pone en los zapatos del 16º presidente de los Estados Unidos de América, Abraham Lincoln, que en un alarde de “prudencia” promueve leyes justas en favor de la igualdad racial que supondrán el fin de la esclavitud. Trabajadores, guardianes, gobernantes… caracteres diversos, virtudes diferentes, funciones distintas.

martes, 19 de octubre de 2021

El auriga, el purasangre y el recelador


     Analizados ya los aspectos “ontológicos” y “epistemológicos” del platonismo, nos centramos en el ámbito de la ”antropología” para comprobar como en este terreno Platón (427 a 347 a.n.e.) se decanta nuevamente por un “pluralismo”. Hay que tener en cuenta que el “alma” (ψυχή), es entendida en la antigüedad como el “aliento” o “soplo vital” que “anima, da vida o mueve el cuerpo”. Para Platón no existe un alma trascendente, sino tres partes o tipos de alma en cada ser humano, de las cuales ninguna es prescindible, pues funcionan en interacción y facultan para el desarrollo de la “virtud” o “excelencia” (ἀρετή) y además permiten establecer una relación estructural y funcional entre el cuerpo humano y el cuerpo social. La “razón” o “logistikon” (λογιστικόν), propia del “alma racional”, estaría situada en el cerebro, y a ella le corresponderá el pensar, calcular, prever y someter a examen los caprichos del deseo; es inmortal y su destino último es la contemplación de las Ideas. El “ánimo” o “thymoides” (θυμοειδές), característico del “alma irascible”, estaría situado en el tórax, es inseparable del cuerpo y, por tanto, es mortal, y sería el origen de las "pasiones nobles": el valor, el coraje, la ambición, la esperanza, etc. Finalmente, el “apetito” o “epithymetikon” (ἐπιθυμητικόν), propio del “alma concupiscible”, se situaría en el bajo vientre, también es mortal y constituiría el origen de las llamadas "pasiones innobles": los impulsos, los deseos, el placer y el dolor, así como las necesidades de orden orgánico (satisfacer el hambre, el sueño, el apetito sexual…).

     Aunque la mayor parte de los intérpretes consideran que hay un alma que sobrevive al cuerpo (el “alma racional”), esto no quiere decir necesariamente que Platón esté hablando de la supervivencia de un “alma personal” (a la manera cristiana), sino simplemente que las “Ideas” nos anteceden y trascienden, por lo que no son propiamente nuestras, pues las recibimos de nuestra tradición cultural, a través de la civilización y de la educación, y en la medida que las modificamos y transmitimos a las generaciones futuras, estas mismas Ideas “nos sobreviven”, se objetivizan y universalizan. Por ello mismo, Platón unirá el problema del alma al del conocimiento, manteniendo las tesis ya formuladas por su maestro Sócrates, que aseguraba la prioridad temporal y ontológica del “alma” o “noûs” (νούς), el “alma racional e intelectiva”, los pensamientos. Esta prioridad atiende a motivos epistemológicos: el hombre no aparece en el mundo “de repente”, ni es el primer ser en actuar en este mismo mundo, sino que nace con un “bagaje cultural” que le precede y que le determina, pues lo sitúa en el tiempo.

     Es en el diálogo “Fedro” donde se comenta con más detalle la famosa “alegoría del carro alado”, en la que se compara el alma humana con la potencia reunida en un esfuerzo conjunto del tronco de caballos de un carro de carreras dirigido por un auriga: “El corcel de blanco pelaje y cabeza erguida representa el honor (fortaleza), que resiste los embates del caballo negro y de ojos sanguinarios, cuyos impulsos son atemperados (templanza) cuando el auriga, símbolo de la razón, posee la habilidad suficiente (prudencia) para mantener el equilibrio inestable y tratar de alcanzar la armonía (justicia)”.

     Por otro lado, en el diálogo “Menón”, el partero Sócrates ayuda a un esclavo, un analfabeto privado de la educación y la enseñanza más elementales, a resolver un problema de geometría fácilmente solucionable si se conoce el “teorema de Pitágoras”. Guiado por la interrogación del hábil maestro, el esclavo rápidamente va a descubrir que se puede dibujar un cuadrado de superficie doble a partir de la diagonal de un primer cuadrado previamente dado. Afirma entonces Sócrates lo que parece obvio, y es que el esclavo: «sabe, pues, sin que nadie se lo haya enseñado, solamente interrogándolo, y recupera de él mismo su ciencia».


     Estos dos ejemplos nos permiten introducir la doctrina platónica de la “anamnesis” (ἀνάμνησις) que sostiene que el conocimiento no es más que un acto de “reminiscencia”, pues “pensar es recordar”. Luego el alma, que es aquella que “recuerda las Ideas”, tuvo que tener una vida propia “fuera y antes” de esta vida terrenal, sensitiva. Una vez probada su existencia, Platón pasa a demostrar su pervivencia mediante dos argumentos, que presuponen la “teoría de las Ideas”. En primer lugar, si el alma es capaz de entender las Ideas eternas, será porque “tiene en sí algo de eterno” que le permite contactar con la eternidad inteligible que llámanos Ideas. En segundo lugar, el alma es “una y simple”, por lo que no puede corromperse ni dividirse. Este segundo argumento juega un papel secundario, que además entra en conflicto con la “doctrina psicofisiológica” (que asigna un lugar del cuerpo a cada parte del alma). En todo caso, parece claro el carácter epistemológico del hilo argumental, que consolida la “inmortalidad del alma” a partir de la “eternidad de las Ideas” y, al mismo tiempo, por una suerte de “argumento ontológico circular”, consolida las Ideas a partir de la preexistencia del alma.

     La película “Doce monos” (Universal 1995) del director americano Terry Gilliam, nos plantea un argumento muy sugerente. Os resumo la historia brevemente: James Cole (Bruce Willis) es un enviado del futuro que regresa al año 1995 para recoger datos que permitan comprender el “desastre biológico” que ha asolado todo el planeta, matando a la practica totalidad de la población, tras una infección masiva provocada por la manipulación genética de un virus, una acción terrorista llevada a cabo por un grupo ecologista conocido como “El ejército de los 12 monos“. Cole tiene un “sueño recurrente” que se repite continuamente a lo largo de la película (lo vemos en el arranque del film, en su desenlace, y en muchos momentos intercalados a lo largo de la trama) en el que se ve a sí mismo como un niño que contempla la persecución y asesinato de un hombre adulto en un aeropuerto. Lo llamativo de la escena final es que Cole entra en un aeropuerto y dice: “yo conozco este sitio, ya he estado aquí antes”, pues es el mismo lugar que le aparece en sueños. Porque, efectivamente, estuvo allí en algún momento del pasado, siendo niño, y contempló un asesinato (que en realidad es el suyo propio: contempló su propia muerte en el futuro desde el presente) y por eso es capaz de recordarlo.

lunes, 18 de octubre de 2021

Lo que hizo que todo fuera posible

     Un pequeño recordatorio de la película que acabamos de ver en el aula para rematar nuestro repaso a la “fisiología humana”, la futurista “Gattaca” (Columbia 1997) del director Andrew Niccol, una película que, ya desde el título, juega con conceptos propios de la “genética” (surge de la recombinación de la cuatro bases nitrogenadas que conforman la cadena de doble hélice de ADN: Adenina, Timina, Citosina y Guanina), y de qué modo afecta ésta a la condición humana. Como siempre, aquí os indico una pautas, a modo de orientación, para el trabajo monográfico que deberéis realizar:

1. ¿Hasta qué punto este es un “futuro no muy lejano”? ¿Crees que, en realidad, ya hemos llegado a él, o esto es, por el momento, solo “ciencia ficción”?

2. ¿Puedes explicar el concepto de “escalón prestado”? ¿Puede alguien suplantar la personalidad de otro simplemente arrebatándole su código genético, o se precisa algo más para conseguirlo?

3. ¿Cual es la relación entre Vincent y su hermano Antón? ¿Por qué crees que compiten en el juego llamado “el gallina” (que puedes ver en el enlace)? ¿Por qué el director parece dar tanta importancia a la "natación" en esta película? 

4. ¿Somos seres "genéticos" o somos seres "ambientales"? ¿O ambas cosas? Comenta la idea de “determinismo” (genético o de otro tipo) frente a la idea de “libertad”. ¿Puede un ser humano cambiar su propio destino? ¿O todo es culpa del entorno… o de la cultura?

5. ¿Cómo interpretas la escena final (que puedes ver reproducida al final del artículo)? ¿Por qué el médico no revela la verdadera identidad del impostor? ¿Por qué Jerome se incinera con la “medalla de natación” al cuello? ¿Por qué Vincent dice que está “volviendo a casa”?

     Y una última reflexión: ¿qué te parece eso de "ligar a la carta"? Parece que, en el futuro próximo, elegir pareja sentimental se solucionará fácilmente con solo analizar un cabello de la persona que nos atrae para comprobar si es compatible con nosotros. A fin de cuentas, todos queremos lo mismo en nuestra pareja, un espécimen con los “mejores genes”: guapo, inteligente, fuerte, competitivo… posibles que garanticen a nuestros futuros hijos las mejores condiciones genéticas para afrontar la vida sin dificultades (salvo que un automóvil nos deje en silla de ruedas… que todo puede ser). ¿Qué opinión te merecen todos estos temas?

 

Homínidos en busca de respuestas

 

     Completamos nuestro repaso a la “filogénesis" del ser humano con el visionado de un pequeño clásico moderno que lleva por título "En busca del fuego" (Belstar 1981), película dirigida por Jean-Jacques Annaud con un rigor antropológico extraordinario (baste decir que los guionistas inventaron un auténtico “lenguaje” para que los actores que dan vida a los homínidos que aparecen en la película se pudieran comunicar, y la excelente labor interpretativa fue supervisada por antropólogos y etólogos de renombre internacional para no dejar nada al azar). La película nos servirá para revisar los llamados “procesos de hominización”, que son muy claramente constatables en las diferencias fisiológicas y comportamentales entre los "homo erectus", los "homo neanderthal" y los "homo sapiens", las tres especies humanas que se nos muestran a lo largo del metraje. Os recuerdo que deberéis hacer un trabajo sobre la película en el que pongáis de manifiesto vuestros conocimientos sobre la "evolución humana". Aquí van algunas ideas sueltas que podéis trabajar:

1. Compara las distintas "especies de homínidos" que aparecen en la película y describe cuáles son sus características, y trata de explica por qué es importante el “fuego” y qué mejoras aporta a su supervivencia como grupo zoológico.

2. Analiza la relación que existe entre el principal protagonista de la película (un rudimentario neanderthal) y su "amiga" (una inteligente sapiens, mucho más sofisticada y creativa).

3. Busca una explicación a la “escena del mamut” y a las distintas reacciones ante su presencia por parte tanto de los homínidos protagonistas como de los otros animales presentes.

4. Fíjate en el "modo de vida de la aldea sapiens: el uso de pintura corporal y de máscaras, las armas y los utensilios más evolucionados, la importancia ceremonial del sexo...

5. Y, por último, ¿cómo crees que entienden los neanderthal la idea de la "muerte" (la escena del gemelo que no se levanta) y de la "vida" (la escena final con la chica embarazada)?

     Algunos de los procesos físicos que nos llevaron a ser lo que somos ya estaban plenamente consolidados en especies anteriores: el "bipedismo" por supuesto, pero también la "teleencefalización", la "liberación de las manos", las "modificaciones óseas" (en la columna, la pelvis, la mandíbula, el mentón...) y se pueden intuir algunas cosas sobre la "neotenia" y el retraso de la "ontogénia", que facilitarán cambios comportamentales importantísimos como el alargamiento del "proceso de aprendizaje", el desarrollo de "culturas líticas", la "caza organizada" como primera forma de organización social (junto a los primeros rudimentos funerarios), el desarrollo de las "técnicas" y posteriormente de las "artes", así como la aparición del "lenguaje" y de la "capacidad simbólica". La película nos ofrece buena muestra de todo ello, como podréis comprobar en los dos vídeos que os propongo en este artículo (podéis consultar el resto de enlaces anexos a este para completar su visionado).

¡ El increíble hombre camaleón !

 

     Un pequeño recordatorio para mis alumnos de psicología sobre la película "Zelig" (MGM 1983) de Woody Allen, que hemos visto en el aula como introducción a la materia... y para comenzar el curso con una sonrisa, que espero conservéis en vuestro rostro durante el resto del curso. Os recuerdo que deberéis hacer un pequeño “trabajo monográfico” sobre esta interesante y divertida película (haremos un trabajo similar a este cada trimestre del curso), que deberá incluir al menos estos puntos básicos:

1. Sinopsis (resumir la trama de la película, sin excedernos demasiado: bastará con unos 30 renglones).

2. Análisis de los personajes (precisar las características psicológicas de algunos de los personajes principales: su carácter, su comportamiento, sus pensamientos, sus motivaciones, sus miedos…).

3. Ideas principales (comentar las ideas principales y las ideas secundarias que propone la película: este es el núcleo del trabajo, y deberá ser el punto que desarrollaréis con mayor profundidad).

4. Descripción de una escena (describir una escena de la película de vuestra elección, aquella que os haya parecido más interesante, instructiva, divertida, impactante…).

5. Valoración personal (explicar qué me ha enseñado esta película, que conocimientos o valores me ha aportado).

    Además del estudio de la “personalidad” (tanto del personaje principal como de la doctora que trata su trastorno de base… que también tiene sus peculiaridades), esta película nos puede servir como una interesante introducción al “método psicoanalítico”. A lo largo del curso, tendremos ocasión de volver sobre las famosas "conversaciones en el cuarto blanco”, pero la historia está repleta de interesantes aportaciones que nos permitirán repasar la historia de la psicología… Esforzaos en esta primera tarea del curso para empezar con buen pie.

domingo, 17 de octubre de 2021

Platón y el arte de doblar papeles

     La filosofía de Aristoclés, apodado Platón (427 a 347 a.n.e.) algunos dicen que por lo “ancho” (πλάτος) de sus hombros, otros por su despejada frente, debe mucho a la forma de filosofar del venerable Sócrates, a su “método dialéctico” (el intento de analizar la realidad humana a través del “diálogo”) y sobre todo, a la identificación que hace el maestro del objeto de estudio propio de la filosofía, a saber: las "Ideas" (ἰδέα). Tradicionalmente, el pensamiento platónico se suele definir por un marcado dualismo: en primer lugar, un “dualismo ontológico”, con la constatación de la existencia de dos mundos: “sensible” uno, “inteligible” el otro; en segundo lugar, un “dualismo epistemológico”, en la consideración de que existen dos formas o modos de conocer: la “doxa” u “opinión” (δόξα) y la “episteme” o “ciencia” (ἐπιστήμη); y finalmente un “dualismo antropológico”, mediante la afirmación de que el ser humano es una unidad constituida por un “cuerpo” (σώμα) y un “alma” (ψυχή) en tanto que sustancias distintas pero interconectadas. En este artículo nos vamos a encargar de poner en cuestión estas explicaciones dualistas y vamos a sostener que lo que Platón realmente maneja es una teoría "pluralista".

     Hemos abordado ya en un artículo precedente la “dialéctica platónica” a partir de la “alegoría de la caverna”, pero como tal dialéctica no es solo cognoscitiva o lógica, sino “ontológica” (ya que refiere “lo real”), en la medida en que las “Ideas” no son únicamente conceptos lingüísticos genéricos, sino también y sobre todo “formas” o “esencias” (que además constituyen las "causas" de las cosas u objetos), parece evidente que todo lo que dijimos de ella en términos epistemológicos puede trasladarse punto por punto a la ontología. En realidad, más que hablar de dualismo, deberemos hablar de “pluralismo ontológico”, pues es cierto que Platón insiste en la existencia de dos mundos, si bien el primero, el “mundo de los objetos físicos”, no es propiamente real, y de hecho no existe más que como copia del segundo, el “mundo de las ideas”, de las que los objetos físicos serían meras réplicas imperfectas. Dicho de otro modo: las Ideas funcionan como “paradigmas” o “modelos”  para las cosas, en cuanto que estas participan de aquellas y las imitan. Las Ideas son “lo que las cosas tienen en común”, lo que es “compartido por muchos particulares”.

     Pero la ontología platónica no solo es pluralista porque reconozca la multiplicidad de lo sensible, ni porque las Ideas sean muchas y variadas, aunque no idénticas, ni tan siquiera porque estén ligadas en “symploké” (συμπλοκή) y por ello “entretejidas unas con otras”, sino sobre todo porque entre las dos pluralidades que Platón reconoce habría una tercera pluralidad: la de las “mediaciones” que se dan entre las dos pluralidades precedentes. La compleja exposición de esta teoría se nos plantea en el diálogo “Parménides”, en el que se afirma que “las Ideas son relaciones organizadas o determinadas según tipos más simples, que son los números ideales"; asimismo, las cosas sensibles son realizaciones determinadas y organizadas según unos tipos menos simples, pero simples al fin y al cabo… "La relación de lo sensible con la Idea repite, en un estado de dependencia y complicación más elevado, la relación de las Ideas con los números ideales”.

     Un buen ejemplo de lo que acabamos de comentar lo encontramos en este interesante análisis del número “φ (phi)” (1.6180339887…), que todos conocemos como “número áureo” (como se aprecia en el vídeo precedente). Lo que nos sugiere el vídeo es que la realidad se estructura, se organiza y ordena siguiendo unas “leyes racionales” que actúan de forma “necesaria”. La naturaleza programa una serie de “normas” (lógicas) que los seres naturales siguen al pie de la letra: el mundo es un “cosmos”, un conjunto ordenado por la propia naturaleza conforme a “principios racionales”. Los pitagóricos ya habían estudiado este “logos” (λóγος), la “relación lógica entre los números”. No es de extrañar que el ser humano “copie” estas estructuras lógicas y las reproduzca permanentemente en sus “creaciones artísticas”. En este sentido, las representaciones arquitectónicas, escultóricas y pictóricas (y las musicales sobremanera) son una “réplica de la propia naturaleza”, que imitan las formas puras, las Ideas, que son conocidas previamente a cualquier experiencia particular.

     Lo podemos comprobar de forma más clara a través del mundo del “origami” (折り紙), el arte japonés de “doblar papeles” (curiosamente, la “papiroflexia” tiene su origen en este mismo momento histórico). Fijaos que cuando nos encontramos con un papel (no importa su tamaño, forma o color, es decir, sus particularidades), podemos reproducir en él “figuras” que “copian las Ideas” (un cisne, un elefante o, como ejemplificamos aquí, un búho), precisamente por la intermediación de “formas geométricas simples”: al intentar confeccionar una figura no estamos haciendo otra cosa que”generar líneas de corte” con las que doblar y volver a doblar el papel, hasta que la figura finalmente “aparece” ante nuestros ojos. El hecho de que la podamos reconocer se debe a que nosotros ya conocemos la Idea (la hemos “visto”, y por ello podemos elaborar una copia, aunque imperfecta, de dicha Idea). Y esta copia lo es en dos sentidos: por un lado, en el mundo sensible, la figura de papel sería una “sombra” del “objeto físico” que representa (en este caso, el “animal búho”); por otro lado, en el mundo inteligible, la figura es una “representación geométrica” que copia la “Idea de búho”, pues reconstruye “lo que todos los búhos tienen en común”, esto es, la “esencia” o “forma” de un búho.

     En la película “Blade Runner” (WB 1982) del director Ridley Scott, tenemos un buen ejemplo del uso de la papiroflexia para poder comprender las ideas de Platón. Esta es la historia de Rick Deckard (Harrison Ford) un policía encargado de “retirar” a un grupo de “replicantes Nexus 6", organismos genéticamente programados que se han vuelto demasiado peligrosos. En la búsqueda de unos fugitivos, Deckard descubre a Rachel (Sean Young), una replicante experimental, con recuerdos implantados en su cerebro que le permiten contar con una base emocional, y por supuesto se enamora de ella. Tras la muerte de Roy Batty (Rutger Hauer), el jefe del grupo de replicantes rebeldes y último de los prófugos retirado a manos del “blade runner”, Deckard encuentra un origami que ha dejado Gaff (Edward James Olmos), el policía encargado de vigilarle a él, señal inequívoca de que ha encontrado a su pareja replicante y ha permitido que viva. Rick y Raquel marchan entonces hacia un nuevo destino, conscientes del tiempo que se les regala. La figura de papel nos permite comprender a los espectadores que el “unicornio de papel” funciona aquí como un símbolo “que está por otra cosa”, pues el propio Deckard sueña a lo largo de la película con unicornios, que aquí representan (están por, participan de) la Idea de "libertad".

sábado, 16 de octubre de 2021

Matrix y la alegoría de la caverna


     Vamos a intentar trabajar la famosa "alegoría de la caverna" de Platón (427 a 347 a.n.e.), presente en el "Libro VII" de “La República”, a través de la película “The Matrix” (Warner Bros 1999), de los entonces hermanos Larry y Andy Wachowski (ahora hermanas Lana y Lilly Wachowski). Os recuerdo que existen muchas otras películas que nos permiten recrear la escena planteada por Platón, que ha sido siempre un referente fílmico importante en muchos autores contemporáneos: por ejemplo, "La rosa púrpura de El Cairo" (Orion 1985) de Woody Allen; “El show de Truman” (Paramount 1998) de Peter Weir; “THX-1138” (WB 1969), la primera y singular película de George Lucas, o la más reciente “La Isla” (WB 2005) de Michael Bay. También podemos repasar el texto platónico completo en la página de Webdianoia, comprobar su simbología gracias a la interpretación que se nos ofrece en Torre de Babel, o bien echarle un vistazo a esta explicación gráfica colgada en el portal Youtube.

     Aquí recreamos el momento en el que Neo (Keanu Reeves) despierta por vez primera y se da cuenta del “engaño” al que ha estado sometido desde su nacimiento. La similitud con el mito es manifiesta: Neo está "encadenado", presa de un artificio perpetrado por las máquinas, y cuando rompe sus cadenas puede “contemplar el mundo tal cual es”, comenzar a "ascender en el conocimiento" en busca de las “Ideas” (ἰδέα). Una grúa le alza desde la cloaca en que se encuentra hacia la luz, y lo primero que oye es la famosa frase que dio notoriedad a la película: "Bienvenido al mundo real". Es llamativo también que le duelan los ojos al contacto con la luz (puesto que los está utilizando por primera vez) y que, tras la escena en el "constructor" se niegue a aceptar la verdad: "No, esto no es verdad. No creo en vosotros. Dejadme en paz". Merece la pena verlo para poder comprobar hasta que punto los hermanos Wachowski han seguido el texto de Platón con una fidelidad más que notable. Esta recreación nos permite un interesante comentario sobre el mito, que se deja analizar fundamentalmente como un “pluralismo gnoseológico”.

     Efectivamente, podemos comprobar que la alegoría de la caverna nos propone dos escenarios: el de la “doxa” u “opinión” (δόξα) y el de la “episteme” o “ciencia” (ἐπιστήμη), cada uno de los cuales se halla a su vez dividido en otros dos escenarios. En el momento mismo en el que, como Neo, descubrimos el mecanismo del engaño, la “imaginación” o “conjetura” (εἰκασία), que identificamos con las “sombras”, deja de tener valor para nosotros, y este será el primer paso en el camino para alcanzar el “verdadero conocimiento” de la “realidad en sí”, que nos obligará a pasar por encima de la “creencia” o “fe” (πίστις), que son los “objetos” que proyectan las sombras, y que tampoco nos dirán nada sobre cómo es verdaderamente el mundo.

     Por eso se inicia un “proceso de ascenso” para salir de la cueva. Pero la realidad no puede ser captada “a primera vista”, porque nos encontramos acostumbrados a las condiciones de oscuridad de la caverna, y el primer contacto con la luz es doloroso, ya que es imposible “mirar al sol directamente”, y deberemos empezar por mirar los objetos por la noche o bien reflejados en lagos o estanques, esto es, bajo “hipótesis”, lo que hacemos con el “pensamiento” o “razón discursiva” (διάνοια); solo cuando nuestros ojos se hayan acostumbrado plenamente a la luz, podremos “mirar la realidad tal y como es”, mediante la “inteligencia” o “razón intuitiva” (νόησις).

     La "dialéctica" se nos presenta ahora como un camino de ida cognitiva (“regressus”) y de vuelta práctica (“progressus”). El primero consiste en una “destrucción de las evidencias sensibles” (“eikasía”), que solo nos proporcionan sombras (imágenes falsas), y en una “trituración de las opiniones y creencias” (“pístis”), que el descubrimiento de estas imágenes inanimadas nos provocan. Pero consiste también en remontar o superar a través del “conocimiento discursivo” (“dianoia”) las propias hipótesis en las que se fundan las ciencias de las que nos servimos para escalar la escarpada pendiente que conduce a la luz. Platón nos precisa las ciencias que jalonan este ascenso, a saber: “la aritmética y la ciencia del cálculo, que tienen por objeto el numero: la geometría plana y la estereometría o geometría de los cuerpos sólidos, la astronomía y la música”. Tras ella se consuma el momento teórico o cognoscitivo de la dialéctica, pues se está ya en disposición de ascender “solo mediante la razón hasta la esencia de las cosas”. Platón solo reconoce como verdadera ciencia el “conocimiento intelectivo” (“nóesis”) de las “esencias”, “formas” o “Ideas”.

     El momento práctico del método dialéctico, el “progressus”, la “vuelta a la caverna”, a la vida política y moral, tiene como objetivo instaurar “una sociedad más justa y más feliz”. Es el trabajo que se encomienda a los “filósofos”: el retorno a la oscuridad para enseñar a los que aún permanecen allí que “otro camino es posible para acceder a la verdad”, y que es necesario renunciar a la “apariencia” para buscar la “verdadera realidad”, que son las Ideas. Os propongo finalizar este repaso al mito platónico recuperando el momento final de la película que hemos analizado, cuando Neo, consciente de lo que ha llegado a conocer, se dirige a los demás hombres encadenados (es decir, a todos nosotros, que “vivimos en la ignorancia”) para decirles que otro mundo es posible, un mundo sin máquinas, esto es, sin engaños. Para trabajar un poco más esta temática convendría revisar además el artículo “El engaño, el progreso y el regreso” en esta misma bitácora (en la etiqueta de Filosofía).

miércoles, 13 de octubre de 2021

Breve introducción a la psicología

     Iniciamos el estudio de la materia de Psicología de 2º de bachillerato con este pequeño artículo en el que vamos a ofrecer una serie de enlaces para facilitar el desarrollo de la asignatura. Comenzamos con una primera aproximación al término “psicología” a través de dos enlaces interesantes, el primero extraído de la archiconocida Wikipedia y el segundo de la página web Concepto. También es interesante acercarse por Psicología y mente (una página que visitaremos en el futuro de forma regular). Y para aquellos de vosotros que habéis mostrado interés en hacer el Grado de Psicología en la Universidad de Oviedo, nada mejor que un pequeño viaje virtual por esta facultad.

Los 5 métodos de estudio más comunes en psicología

     En segundo lugar, una referencia a un artículo que tuvimos ocasión de ver en clase al comentar los distintos métodos utilizados por los psicólogos, desde el "método correlacional", pasando por el "método descriptivo", hasta el "método experimental", que tanto interés suscitó en el aula. Os propongo que reviséis por vuestra cuenta este enlace a “diez experimentos perturbadores”, que comenta todos estos interesantes (y en ocasiones realmente salvajes) experimentos llevados a cabo por la comunidad científica entre los años 50 y 80 del pasado siglo, todos ellos acompañados de un amplio comentario y de vídeos explicativos.

Los 10 experimentos más perturbadores de la historia de la psicología

     Para amenizar este artículo, os introduzco dos vídeos extraídos de YouTube que espero os resulten interesantes. En primero lugar, una reflexión inicial sobre el significado de este campo de estudio: “¿Qué es la psicología?”, a qué se dedica, cuáles son sus intereses y objetivos, qué metodología utiliza. En segundo lugar, un breve repaso a la “Historia de la psicología”, desde los primeros balbuceos de la materia en la filosofía griega hasta la aparición de la psicología propiamente dicha, en tanto que disciplina científica, con el análisis de las primeras escuelas y de las corrientes más relevantes y populares a lo largo de los últimos años. Espero que lo disfrutéis.

martes, 12 de octubre de 2021

¿Qué es esa cosa llamada filosofía?

 

     Este es un primer artículo para mis alumnos de Filosofía de 1º de bachillerato, en el que trato de poneros al tanto de la nueva materia, a la que os enfrentáis por primera vez, con una serie de enlaces útiles que espero os ayuden a dar comienzo a vuestro trabajo. Comenzamos con una pequeña reflexión del filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, que en el prólogo a su conocida “Principios de la filosofía del derecho” nos introduce el mito de la “lechuza de Minerva” (teclead el enlace previo para conocer a fondo esta historia), pintoresco animal nocturno que acompaña siempre a Atenea, diosa griega de la sabiduría conocida entre los romanos por el nombre de Minerva, y que ha pasado a convertirse en “símbolo de la filosofía”:

     “Es insensato creer que alguna filosofía se puede anticipar al mundo presente. Cuando dice una palabra sobre la teoría que explica cómo ha de ser el mundo, la filosofía siempre llega demasiado tarde: como pensar sobre el mundo, surge en el tiempo, después de que la realidad ha cumplido su proceso de formación y se halla realizada. Cuando la filosofía pinta al claroscuro un aspecto de la vida, ya envejecido y en la penumbra, no puede ser rejuvenecido, sino tan solo reconocido: la lechuza de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo”.

G.W.F.Hegel, “Principios de la filosofía del derecho” (Edhasa, Barcelona, 1999)


     Si lo que nos interesa es buscar materiales en la red, aquí os he seleccionado algunos enlaces interesantes. En primer lugar, el acceso a dos "wikis" especialmente atractivas: la archiconocida Wikipedia (que nos ofrece una primera definición del término y nos comenta las principales disciplinas filosóficas) y la igualmente útil Wikillerato, en la que podéis seleccionar la materia de estudio y consultar algunos de los muchos materiales sobre filosofía que sus autores nos ofrecen. En segundo lugar, las propuestas del MEC (Ministerio de Educación), en su Área de filosofía, así como la página Filosofía para principiantes, que nos ofrece un interesante listado de libros, convenientemente comentados, que nos pueden acercar al estudio de la disciplina.

     Acompañan al artículo dos vídeos que tratan de aclararnos por qué y para qué surge la filosofía. De un lado, una pequeña charla informal con mi viejo y añorado maestro, el filósofo Gustavo Bueno, que trata de respondernos con su rigor habitual a la pregunta por el origen y función de la filosofía dentro del conocimiento humano, en cuanto opuesta a otras formas de conocimiento posibles, como el arte, la religión, la técnica o la ciencia. De otro lado, los valiosos comentarios del inefable profesor argentino José Pablo Feinmann, que en su excelente programa televisivo “Filosofía aquí y ahora” (accesible a través de YouTube) nos hace un pequeño análisis de la necesidad de la filosofía como herramienta de indagación de la realidad con su habitual desparpajo e ironía. Espero que los disfrutéis.

sábado, 9 de octubre de 2021

La muerte de un ciudadano ateniense

     Hace unos años, un buen amigo mío, el escritor gijonés Ricardo Menéndez Salmón, publicó una obra de teatro sorprendente y maravillosa titulada "Las apologías de Sócrates" (CCPA Oviedo 1999), en la que, muy a la manera platónica, jugaba anacrónicamente con el juicio de Sócrates, fabulando con la posibilidad de que el evento pudiera seguirse por televisión como si de un programa de actualidad se tratase, con cámaras y periodistas informando al pie del juzgado. Cuál sería mi sorpresa cuando, documentándome para escribir este artículo, me encuentro con esta inesperada escena de la película "El mundo de Sofía" (Kjell Vassdal 1999) de Erik Gustavson (adaptación de la novela homónima de Jostein Gaarder) en la que la joven protagonista, Sofía (Silje Storsteinasiste atónita al juicio de Sócrates, que es comentado por un periodista (de nombre Alberto, que casualidad) que se introduce en la escena y va desvelando los acontecimientos. Interesante juego que os ofrezco en versión original subtitulada y que no os debéis perder, pues es realmente emocionante. En el enlace que sigue tenéis el texto completo de la “Apología de Sócrates” de Platón por cortesía de Ama Audiolibros.

Platón de Atenas, “Apología de Sócrates” (audiolibro)

     Es bien conocida la frase de Sócrates: “No dejaré de filosofar y de exhortaros para que encaminéis vuestra vida no a la riqueza, la fama y los honores, sino a la inteligencia, la verdad y el mejor bien del alma”. El “método dialéctico” desarrollado por el gran maestro es un arma terrorífica que resulta realmente novedosa y revolucionaria para la Atenas de la época, y nuestro filósofo la utiliza incluso en los momentos más comprometidos, como en su propia apología ante el tribunal ateniense que lo acusa de “asebeia” (ἀσέβεια) conforme a tres terribles cargos que el bueno de Sócrates trata de desmantelar con palabras. Pero como sabéis, "el más sabio y virtuoso de los ciudadanos atenienses" (en palabras de Platón) fue condenado a muerte, y en lugar de huir de su ciudad, prefirió “aceptar la sentencia” y “beber la cicuta”: prefirió morir en defensa de sus ideas a vivir de forma deshonesta. Para él, la muerte no era la peor de las opciones, y en general para todo griego era preferible al “ostracismo” (ὀστρακισμός). Y para muestra un botón: fijaos lo que le pasó al pobre Gollum (Andy Serkis), el trágico personaje de “El señor de los anillos: El retorno del rey” (Wingnut Films 2003) de Peter Jackson, basado en el clásico de la literatura fantástica de John Ronald Reuel Tolkien.

viernes, 8 de octubre de 2021

¡ House pedagogo !

 

     Uno de los personajes de ficción más interesantes de los últimos años es sin duda el doctor Gregory House (Hugh Laurie) protagonista de la serie televisiva “House M.D.” (NBC 2004) del creador David Shore, y buena parte de su atractivo se debe a sus inefables métodos. Se trata, en mi opinión, de un trasunto del viejo Sócrates (470 a 399 a.n.e.), un tipo mordaz, elocuente y socarrón apodado el "tábano de Atenas" que utiliza su elegante “ironía” para enfatizar la ignorancia (la suya y la de los demás) y que en todo momento se deja llevar por el "diálogo". El doctor House propone como método el "diagnóstico diferencial", que es una manera técnica de decir: "No sabemos que le pasa al paciente, pero en vista de que tiene estos síntomas, ¿cuál creéis que puede ser su dolencia?". A partir de ahí, surgen las ideas sobre las posibles enfermedades que puedan afectar al paciente. Por cierto, una buena forma de revisar en qué consiste el “método hipotético deductivo” que estudiasteis el año pasado en esta misma materia. La clave está en que las ideas "salgan por medio del diálogo", que se muestren por sí mismas en el proceso de la “mayéutica” (μαιευτικη´). House, el arisco, el desagradable, el antisocial, acaba siempre por resolver el problema porque pide a sus ayudantes colaboración, porque les muestra el "camino", el "méthodos"(μέθοδος).


     Sócrates parte del conocimiento que tiene cada persona; no hay que enseñarles cosas, sino ayudarles a “descubrir la verdad”, ya que ésta se encuentra “en su propio interior”. Sigue aquí la conocida máxima inscrita en la entrada del Oráculo de Delfos: «Conócete a ti mismo». Su manera de enseñar es realmente peculiar, original y revolucionaria; no se trata de transmitir una "doctrina" (que él no tiene o afirma no tener), sino de transmitir su modo de "hacer filosofar" a sus discípulos. Su “método dialéctico” en tres momentos (la “ironía”, la “mayéutica” y la “definición”) nos permite alcanzar una verdad absoluta y universal sobre un tema concreto, siempre apoyados en el diálogo, en la cooperación con el otro. Porque como dice el propio Sócrates: “Una vida no reflexionada no merece la pena ser vivida”. Una tesis que no tiene nada de teórica y sí mucho de práctica, pues si "la virtud se identifica con el saber", como afirma Sócrates, el que sabe actuará siempre conforme a la virtud, y por lo tanto será virtuoso, mientras que el que obra mal no lo hará por maldad sino por mera ignorancia. En otras palabras: “el entendimiento determina a la voluntad”, y si “conozco el bien”, no me queda más remedio que “quererlo” y “practicarlo”.