domingo, 26 de septiembre de 2021

De la moira a la physis: el oráculo frente a la naturaleza

     Resulta muy difícil seleccionar imágenes para ayudar a comprender el origen de la filosofía, pero es posible echar un vistazo a "300" (Warner Bross 2007) la reciente adaptación cinematográfica realizada por Zack Snyder del conocido cómic de Frank Miller sobre la “Batalla de las Termópilas”. Sin duda, esta obra se toma sus licencias (es una película de Hollywood, que le vamos a hacer), pero el punto de partida de Miller no puede ser mejor, ya que confecciona el guión a partir de los textos clásicos de Heródoto de Halicarnaso (484-425 a.n.e.), que pasa por ser el “padre de la historiografía”. Es muy cierto que Herodoto describe los hechos de las Termópilas cuando la acción militar aún está “muy reciente en la memoria” de los combatientes (hace poco que han concluido las “Guerras médicas”, que enfrentaron a los griegos contra los persas, con la victoria de los primeros) con lo que el autor tiende a mitificar el enfrentamiento, ensalzando la figura de Leónidas y sus duros guerreros espartanos: había que “aleccionar a los griegos”, y los relatos del historiador funcionan como las viejas películas de propaganda bélica americanas de los años 40 y 50 (no es de extrañar que Hollywood insista en películas como "Troya" o "Gladiator", mostrando “el Imperio en su esplendor”, considerando que ellos mismos se hallan en guerra en Oriente Próximo en la actualidad).

     He seleccionado este pasaje para evidenciar el enfrentamiento entre Leónidas, uno de los dos reyes de Esparta (la película no hace referencia al segundo rey, Demarato), y los "éforos" (Ἔφορος), los sacerdotes guardianes del "Oráculo", al mando de la "Gerusia" (γερουσία) o "Consejo de los ancianos", característico del gobierno espartano de la época, que compartían el poder con los miembros de la "Apella" (ἀπελλά) o "Asamblea de los hombre libres", los "homoioi" (ὅμοιοι) o "semejantes" (que aquí aparecen representados más como un “senado romano” que como una verdadera “asamblea espartana”). Recordemos que Esparta jamás se organizó políticamente como una “democracia”, y frente a Atenas (que desarrollo las artes, las ciencias y la filosofía) las instituciones políticas espartanas se fueron militarizando cada vez más con el paso de los años.

     Lo que podemos ver es el enfrentamiento entre un modo de entender la vida en la ciudad arcaico, “mitológico” (la consulta al Oráculo para la toma de decisiones que afectan a la colectividad) con esa nueva perspectiva más humanista que “confía en la razón” (sea filosófica o, como en este caso, militar: hay que ganar una guerra, y Leónidas expone su plan de batalla y una táctica de defensa). Es cierto que el Oráculo era una mujer mayor que “entraba en trance” al oler el perfume de una sustancia opiácea quemada y luego pronunciaba “palabras sin sentido” que los éforos debían interpretar, pero la película muestra muy bien la idea principal: el enfrentamiento entre el “mythos” (μύθος) y el “logos” (λóγος), entre la palabra entendida como "tradición" o “moira” (Μοῖραι) y la palabra entendida como "razón discursiva" o “physis” (Φύσις)… el "discurso sobre la naturaleza".

     En realidad, más que de "paso del mito al logos", puede hablarse de una “transformación de las condiciones de vida” de las ciudades de habla griega, transformación que conlleva una “actualización de los relatos explicativos de la realidad”. Los primeros pensadores adoptaron una actitud diferente de la espontaneidad para descifrar los problemas que les planteaba el universo, una actitud que hoy consideramos propiamente filosófica. El final de la película recrea la conjura griega contra los persas en los campos de la “Batalla de Platea”. El narrador toma cuerpo en la figura del único de los 300 que logró escapar de la derrota para poder contar “el sacrificio de Leónidas y sus hombres” (la tradición oral es fundamental en la cultura griega), y que ahora alecciona a sus tropas (bien es cierto que con un tono "muy americano") frente al avance del enemigo. Las distintas tribus unidas ante el enemigo común, los "griegos libres" frente a los "esclavos persas", dominados por su pasión y por el miedo a su Rey-Dios Jerjes. A pesar de las licencias que se toma el cineasta, la escena recrea muy adecuadamente ese paso adelante que supuso la filosofía como “nueva forma de entender y actuar en el mundo”.

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