martes, 14 de noviembre de 2023

Las leyes perceptivas de la Gestalt


     La conocida escuela de psicología de la Gestalt (también conocida como “psicología de la forma” o “psicología de la configuración”) fue desarrollada en Alemania a principios del siglo XX por autores como Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Kurt Koffka y Kurt Lewin, que centró sus intereses en la comprensión de la "percepción", y en cómo la mente humana “configura los elementos estimulares” que le llegan a través de los canales sensoriales y de la memoria para generar “formas” o "estructuras” que siguen unas “leyes” precisas, unos “patrones fijos y universalizables”, y que ellos ilustran con el famoso aforismo: “el todo es mayor que la suma de las partes”. Aunque estas leyes se puedan aplicar al estudio de todos los "órganos exteroceptores", nos centraremos en la “vista” para ejemplificarlas mediante los dos interesantes vídeos que acompañan este artículo.

     Las dos leyes generales, y también las más conocidas, son la “ley de fondo-figura”, que consiste en la agrupación de sensaciones en un "objeto o figura" que se percibe necesariamente sobre un "fondo" (en el famosísimo ejemplo de la “copa Rubin” el efecto se hace reversible, podemos saltar de la figura al fondo y viceversa, lo que nos indica que la “representación de la realidad” está dirigida enteramente por el “sujeto”); y la “ley de pregnancia”, “buena forma” o “destino común”, que consiste en un modo constante de agrupar los estímulos perceptivos para que sean estables y consistentes, y que tengan además una “estructura muy básica” que exija al sujeto el menor gasto de energía (una ley que ha sido utilizada muchísimo en el diseño de “logotipos comerciales” simples, como por ejemplo el emblema de Correos, el cartel de peligro, los hombrecillos de los semáforos o el logotipo de Apple). 

     Otros principios generales propuestos por los gestaltistas son la “ley de agudeza perceptiva”, que afirma que para percibir necesitamos de un “bagaje previo”, tanto personal como cultural, para poder entender lo que percibimos (pensemos en las “sombras chinescas” que ejecutamos con las manos); la “ley de constancia perceptiva” (que es la capacidad de percibir los objetos de manera constante aunque estos cambien de posición o forma, o bien sean vistos desde una determinada perspectiva o estén afectados por diversas modificaciones (pensemos en un “cubo de Rubik” sin resolver); y la “ley de movimiento aparente”, que permite que dos estímulos que se ofrecen con un intervalo de tiempo suficientemente corto entre ambos tienden a ser percibidos con una vinculación real (pensemos en el "cine", donde una serie de “fotogramas” aislados nos sugieren "movimiento").

     Pero sin duda las más interesantes leyes perceptivas, y las que más han provocado vuestra atención cuando las vimos en el aula, son las leyes particulares, conocidas como “leyes de agrupación de estímulos”, que a partir de unos estímulos muy simples nos permiten percibir "formas complejas" mucho más elaboradas (que en ocasiones ni siquiera existen, pero son generadas por nuestro cerebro para dar un sentido a lo que percibimos). En los dos vídeos que acompañan al artículo podemos comprobar cuales son las más conocidas, con abundantes ejemplos: “ley de proximidad” (agrupar estímulos cercanos), “ley de semejanza” (agrupar estímulos similares), “ley de continuidad” (mantener la forma según un patrón estable), “ley de contraste” (agrupar estímulos diferenciados), “ley de cierre” (agrupar estímulos abiertos) o “ley de simetría” (considerar elementos aislados como grupos). Fíjate en los ejemplos que nos ofrecen los vídeos... y cuidado con la silla.

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