lunes, 17 de abril de 2023

El sistema de producción determina la conciencia


     Comenzamos nuestro análisis de la filosofía de Karl Marx (1818-1883) haciendo un pequeño repaso a su modo de entender la Economía Política, basada en el concepto de “sistema de producción” (Produktionssystem), que constituye la base “real”, “material”, “tangible”, en último término la base “económica”, es decir, la “infraestructura” (Infrastruktur) sobre la que se sostiene una “sociedad”, que es la que determina el modo de pensar y actuar en un “momento histórico” concreto, esto es, determina la “superestructura” (Überbau) política, moral y jurídica, que Marx denomina genéricamente “ideología” (Ideologie). En última instancia, todo está definido por nuestra situación económica, ya que “el ser social determina la conciencia”, o dicho en otras palabras: el modo en que vivimos especifica cómo pensamos (y no al revés, como mantenían los filósofos idealistas). Para ello, nada mejor que echar un vistazo a tres películas que nos muestren los tres grandes momentos históricos, tal y como son definidos por Marx siguiendo los “modos de producción” (Produktionsweisen) que le son propios, a saber: el “modo de producción esclavista” antiguo, el “modo de producción feudal” medieval y el “modo de producción capitalista” moderno. Y como queremos quitar un poco de hierro al asunto, lo haremos a partir de tres películas del genial grupo de cómicos británicos Monty Python.

     En “La vida de Brian” (Universal 1979) de Terry Jones, podemos disfrutar de una corrosiva recreación de la Judea del siglo I, y seguir las peripecias de Brian Cohen (Graham Chapman), hijo bastardo de un soldado romano y una feminista judía, que es sistemáticamente confundido con el Mesías desde su nacimiento. Pero en realidad Brian es un joven revolucionario que “odia a los romanos” y que lucha contra su desmedida forma de “imperialismo”, que pretende quitarles la libertad a los judíos y modificar su “forma de vida” (su “ética”) imponiendo un modo de producción diferente, a costa de la sumisión de los menos favorecidos. Como parte de un “grupo revolucionario”, el “Frente Popular de Judea” (no confundir con el “Frente Judaico Popular”… que la liamos), pretende dar un gran golpe armado raptando a la mujer de Poncio Pilatos para hacer valer sus nobles reivindicaciones. En la reunión del grupo, el cabecilla de la banda, Reg (John Cleese) se pregunta: “¿Qué han hecho los romanos por nosotros?”... y lo que viene a continuación es un relato de por qué los romanos dominaron el mundo en este periodo histórico con tanta contundencia.

     En “Los caballeros de la mesa cuadrada” (Universal 1974) de Terry Jones y Terry Gilliam, nos encontramos con una interesante reflexión sobre el “modo de producción feudal”. Seguimos a un más que cómico y surrealista Rey Arturo (Graham Chapman), por toda Inglaterra tratando de hacer valer su “autoridad” ante sus súbditos, cuando uno de ellos, el Campesino anarquista (Eric Idle), repentinamente le acusa de opresión, de privación de libertad y de abuso de autoridad. “Yo soy el rey”, replica entonces Arturo; “¿Y quién te ha elegido rey?” contesta el campesino.


     La forma de gobierno es tiránica, y no garantiza la “vida de los trabajadores”: sólo un gobierno “democráticamente constituido”, a partir del “voto de la mayoría”, puede garantizar el “principio de soberanía popular” y permitir reducir la opresión de la clase dominante y mejorar las condiciones de vida de los esforzados súbditos. Pero claro, para que esto ocurra faltan aún unos cuantos siglos antes de que Inglaterra se conforme como la primera “monarquía parlamentaria” conocida en la modernidad y promueva el principio de la “división de poderes”. Deberemos esperar un poco.

     En “El sentido de la vida” (Universal 1983) de Terry Jones, (los guiones de todas estas películas fueron escritos conjuntamente por los seis miembros de Monty Python: Terry Jones, Terry Gilliam, Graham Chapman, John CleeseEric Idle y Michael Palin), un obrero anónimo, el Padre católico (Michael Palin) regresa de la fábrica tras un agotador día de trabajo cuando la cigüeña le saluda con una pequeña sorpresa: "un nuevo hijo". Pero el caso es que nuestro trabajador, que es un católico devoto, no puede permitirse el uso de “técnicas de planificación familiar” (puesto que ha interiorizado una “ideología” impuesta por las clases dominantes), y ya tiene un número considerable de retoños a los que tiene que mantener (puedes jugar a contarlos, que no es tarea fácil). Consecuentemente, se ve en la extrema obligación de “deshacerse” de alguno de ellos (vendiéndolos para “experimentos médicos”) para poder seguir viviendo del triste salario que percibe por desarrollar su trabajo. El propio obrero se consuela a sí mismo con una divertidísima canción, tratando de humanizar su “miserable situación vital”, que, por supuesto, él no puede cambiar... ¿o tal vez sí?

     Por supuesto, las tres películas son “comedias” hilarantes de un marcado carácter anacrónico: las tres hablan en realidad de la sociedad actual, del “modo de producción capitalista” (Kapitalistische Produktionsweise) y de las distintas formas de “opresión del poder”, basadas en la “ideología dominante” (la de las clases adineradas), que generan esa “falsa conciencia” (falsches Bewußtsein) en los oprimidos. ¿Por qué ir contra los romanos si nos han traído la “paz”? ¿Por qué asumir que con la llegada de la “democracia representativa” se solucionarán todos los problemas? ¿Por qué considerar mis “condiciones de vida” injustas cuando la cosa podría ir mucho peor? Trátese de imperialismo, feudalismo o capitalismo, siempre hay alguien que hace pasar su forma de pensar por la única posible para alcanzar el “progreso de la humanidad” (ideología que, curiosamente, en lugar de generar progreso busca “detener la historia” para que “las cosas sigan como están”, para que los opresores mantengan su posición de dominio y sus privilegios y los oprimidos acepten su papel dentro del engranaje social). Pero Marx sostendrá que el verdadero “motor de la historia”, lo que hace que el mundo marche, es el “conflicto” (Konflikt), la “oposición” (Gegnerschaft) de los “contrarios”, que se concreta históricamente en la “lucha de clases” (KalsenKampf), en su confrontación “dialéctica”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario