domingo, 22 de octubre de 2023

El poder de los neurotransmisores


     Nos adentramos ahora en el estudio de los “neurotransmisores”, productos químicos elaborados por nuestro propio cerebro cuya misión es mejorar la “comunicación entre las neuronas”. Distintos tipos de células segregan diferentes neurotransmisores, sustancias que circulan por todas partes, actúan en lugares específicos y producen “efectos” de lo más variados según el lugar de actuación en las “células adyacentes”, si estas están provistas de los “receptores” adecuados, así la “contracción” (en las células musculares), la “secreción” (en las células glandulares) y la “excitación” o “inhibición” (en todas las neuronas). He aquí los neurotransmisores más conocidos:

     “Dopamina” (C6H3(OH)2-CH2-CH2-NH2): es la más importante “catecolamina”, un potente neurotransmisor que genera sensaciones "placenteras" y de "felicidad", ya que regula ciertas “funciones motoras” y de “comunicación endocrina” que inciden en la “emotividad” y la “afectividad”. Un exceso de este químico se asocia con posibles trastornos psicóticos, mientras que su carencia puede conducir a la aparición de enfermedades degenerativas como el Parkinson.

     “Serotonina” o “5-hidroxitriptamina” (C10H12N2O): es un neurotransmisor que se relaciona con los “estados de ánimo”, aunque también cumple otras funciones, como regular el “apetito”, controlar la “temperatura corporal”, el “ciclo de sueño” o la “conducta sexual”. Altos niveles de este químico provocan rigidez muscular o taquicardia, mientras que bajos niveles de llevan a problemas de apetito, sueño o ansiedad (y aunque se asocia con la depresión, no hay evidencias al respecto).

     “Acetilcolina” o “ACh” (CH3COOCH2CH2N+(CH3)3): es una sustancia química que participa en procesos como la “memoria” y la “atención”, además de incidir en la “frecuencia cardiaca”, el “movimiento intestinal” y la "actividad visceral”. Cuando es abundante provoca salivación y lágrimas, debilidad muscular y calambres, y su déficit provoca bajos niveles de atención y memoria, que pueden provocar dificultades de aprendizaje o bien problemas gastrointestinales.


     “Adrenalina” o “Epinefrina” (C9H13NO3): es un potente neurotransmisor encargada de aumentar la “frecuencia cardiaca”, contraer los “vasos sanguíneos” y dilatar las “vías respiratorias” para que nuestro cuerpo se active a nivel motriz y pueda desarrollar “respuestas ante el estrés” en situaciones que suponen una "amenaza para la vida". Un exceso de este químico puede provocar insomnio, mareos o cardiopatías, mientras que su carencia lleva a dolores corporales, pérdida de peso e hiperpigmentación.

     “Noradrenalina” o “Norepinefrina” (C8H11NO3): es un químico que produce efectos excitatorios en el sistema nervioso, pues participa en el proceso de “atención” y “vigilancia” y nos ayuda a “mantenernos despiertos”, al aumentar el “ritmo cardiaco” y la “presión sanguínea” que nos ayudan en situaciones de “lucha y huida”. Altos niveles del producto provocan temblores, sudoración y dolores de cabeza, mientras que bajos niveles llevan a hipoglucemia, ansiedad o problemas de concentración.

     “Encefalina” y “Endorfina” (C9H13NO3): son polipéptidos, "opiáceos endógenos" generados por nuestro cerebro (similares a "opiáceos sintéticos" como la “morfina”) y están encargados de “regular el dolor” y la “nociocepción corporal”, al provocar “analgesia”, “sensación de bienestar” o “euforia” en situaciones traumáticas o tras una actividad física prolongada. Su exceso provoca alteración del estado de ánimo e hiperactividad mientras que su déficit puede llevar a la apatía o incluso a una depresión profunda.

     Si te interesa el tema, nada mejor que consultar los dos vídeos que acompañan a este artículo, el primero propuesto por el interesante canal de Youtube Psicoactiva y el segundo extraído de Juventud médica, en el que un “científico loco” animado nos propone un peculiar text a partir un “delirante experimento” en el que juega a subir y bajar los niveles de ciertos neurotransmisores para ver cuál es la “reacción corporal” que suscitan en el “incauto paciente” que se ha puesto en sus manos (un pobre alumno que pasaba por allí). Una manera divertida de entender cómo estas sustancias químicas pueden alterar nuestras “emociones” y nuestro “comportamiento” hasta extremos peligrosos.

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