sábado, 29 de enero de 2022

La evidencia del Cogito


     Aunque resulte muy complejo mostrar la ontología cartesiana a través de una película, podemos probar con “The Matrix” (Warner Bros 1999) de los hermanos Larry y Andy Wachowski (actuales Lana y Lilly Wachowski), de la que he seleccionado un par de clips. En el primero de ellos (que ya tuvimos ocasión de comentar al hablar de los filósofos griegos en “Parménides y la pastilla roja”, y que también nos fue útil para comprender el mito de la caverna de Platón), nos encontramos con la secuencia del constructor, cuando Neo (Keanu Reeves) descubre el engaño que supone Matrix y se pregunta “¿qué es real?Parménides de Elea (515 a 440 a.n.e.) había anticipando que "es lo mismo pensar que ser", lo real es lo que puedo pensar, lo que mi cerebro "ve", "interpreta", porque lo "conoce", lo "construye". Esta idea enlaza directamente con el pensamiento racionalista de René Descartes (1596 a 1650). Al ejercitar su “duda metódica”, el autor elimina la totalidad del mundo real, que queda reducido a puro pensamiento: “Cogito ergo sum” (Je pense donc je suis), “Pienso, luego soy”, y esta es la única certeza que puedo alcanzar, una certeza a la que llego por una “intuición intelectual”. En nuestra película, el propio Morfeo (Laurence Fishburne) indica a Neo: “por desgracia, es imposible explicar qué es Matrix: has de verlo con tus propios ojos”, lo que debemos interpretar a la manera platónica: “ver” (“eideo”) con los “ojos de la mente”. Lo que, en definitiva, sostiene Descartes es que “el sujeto precede al objeto”, que no es otra cosa que el resultado de la acción del primero, pues la realidad es fruto del pensamiento, del sujeto que piensa.

     En la segunda escena seleccionada, cuando nuestro protagonista acude a ver al “Oráculo”, se encuentra en la sala de espera con otros posibles “elegidos” como él, uno de los cuales es un niño con aspecto de monje budista que juega con una “cuchara”, doblándola una y otra vez a su antojo tan solo con el “poder de su mente” (un truco de magia muy extendido durante los años setenta). El niño convence a Neo de que lo que nos dicen nuestros ojos “no es de fiar”, pues la cuchara no se dobla; de hecho, es imposible intentar doblarla, y resulta mucho más fácil “comprender la verdad”, y la verdad es que “no hay cuchara” (que esta no existe como algo físico, sino que es el “un producto de nuestra mente”). Algo tendría que decir al respecto nuestro viejo amigo Zenón de Elea (490 a 430 a.n.e.), que llegó a demostrar la “imposibilidad del movimiento” con sus famosas “paradojas” (no es extraño, pues, comprobar la línea de pensamiento que une a Parménides y los eléatas, pasando por Platón, con el moderno Descartes, pues todos ellos eran filósofos que privilegiaban la razón como única vía de conocimiento frente al engaño permanente de los sentidos).

     Llama poderosamente la atención la frase del niño: “you´ll better realize de truth” (“es mejor que intentes comprender la verdad”); un término muy hermoso este inglés “realize”, que se ha traducido por “comprender” pero que en realidad significa “darse cuenta” o “caer en la cuenta” y que, aplicado a los objetos, también puede traducirse como “realizar” (ahora comprenderéis por qué os he puesto ambas escena en su original inglés). ¿No os recuerda el término “realize” algún otro sustantivo en castellano que hemos trabajado últimamente, como por ejemplo “realidad” (realitas), que no es otra cosa que “el conjunto de las cosas” (res)? Efectivamente, "la realidad se construye desde el sujeto", porque es el sujeto quien la “realiza”, quien la “hace real” o le “da realidad” (es decir, “existencia”) por medio de su pensamiento. El niño concluye: “si comprendes que no hay cuchara, entonces no es la cuchara sino tu mismo el que se dobla”. Recordad esta lección, porque volveremos de nuevo a ella cuando hablemos del filósofo Immanuel Kant (1724 a 1804) y de su famoso “giro copernicano en el conocimiento”. Podéis consultar algo más sobre la película que os sugerimos en este último enlace, en el que se hace un análisis completo de la obra y se ofrecen algunas claves para su comprensión.


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